
El cine puede ayudar mucho a trasmitir valores. Películas como la de arriba marca un antes y después de verla. Hacer lo correcto, lo que se debe en cada momento, marca no solo nuestra vida sino la de los demás.
¿Qué es lo correcto? La lucha o binomio entre el bien y el mal.
Hace lo correcto el que persevera en el cumplimiento de lo que entiende que debe hacer, según su conciencia; el que no mide el valor de una tarea exclusivamente por los beneficios que recibe, sino por el servicio que presta a los demás.
Me puse a ver una serie del oeste americano de principios siglo XX. Me chirrió un poco al principio, pero como soy de la generación que creció con «La casa de la pradera», enseguida se me hizo familiar. Y como he dicho al principio me hizo pensar.
Nacemos con una ley impresa en el corazón y de una manera «natural» sabemos lo correcto y lo que no lo es. Así lo muestran los personajes de esta novela llevada a serie: saben lo que está bien, se piden perdón cuando obran mal, se ayudan a mejorar, luchan ante la injusticia, no se dejan aminorar por las dificultades, dan importancia a lo que la tiene, son trabajadores, se saben querer y se dejan querer. No todos los personajes hacen lo correcto, pero no consiguen quitar la idea de que sí existe un sello en el corazón del ser humano para poder elegir: Lo que nos perjudica o lo que nos aporta.
Estos personajes me han ido enseñando que en lo sencillo se encuentra la felicidad. Hemos de escuchar a esa ley natural de nuestro corazón. Está, pero se puede ensordecer y ahogar con ambiciones deshonestas, atajos injustos, trampas, desidia, falta de esfuerzo, dejadez. Está, y es muy importante saber que existe y nos guía.
Hay «gente» que quiere anular está verdad. Dicen que no hay «reglas» de urbanidad, de obrar, de ser persona. Si las hay. Tenemos instrucciones de uso como las máquinas, pero con corazón. Seremos felices si las seguimos. Y esta serie me ha ayudado a volver a creer que es posible recuperar la esencia de ser persona, la esencia de amar. ¡La ley natural del corazón, que tantos han querido y quieren anular, existe!
Cada persona puede saber qué es lo correcto y que no lo es. Sólo que has de coger el camino «correcto» para acertar. Si haces muchas cosas correctas, cada vez harás más. Si haces muchas cosas incorrectas, también. Depende de los hábitos.
Elige bien. Lo llevas en el corazón. No dejes que te manipulen la riqueza, la ambición y el falso éxito. ¡PUEDES!