
Un rasgo de la madurez es la capacidad de asumir compromisos. La aceptación de nuestro si, de nuestro pasado y presente.
Un rasgo de la juventud es ser audaz, generoso y alegre.
Esta mezcla de juventud y madurez la hemos de tomar con renovada ilusión para este nuevo año.
El eterno adolescente es el que huye del dolor y de lo que supone esfuerzo. No se acepta como es ni como son sus circunstancias. Vive en un eterno mal humor rebelde y buscando salidas «falsamente divertidas».
Es un buen momento para hacer nuevos planteamientos, propósitos, retos…pero primero piensa en lo que has de cambiar: quizá quitar, quizá dejar…mira fijo al frente y decídete por afrontar tu vida con realidad, aceptación (que no es resignación) y comprométete. Toma decisiones. Coge fuerte tus valores. Lucha por algo. Por alguien.
No te dejes abrumar por las circunstancias de alrededor. Piensa que ser feliz no es que todo vaya bien, sino en ver el bien en todo lo que sucede.
La renovada ilusión es para cada día. No sólo para hoy. Si piensas hoy en abarcar muchas cosas mañana te hundiras por no conseguirlas. Poco a poco. Día a día. La ilusión se renueva cada mañana. Así de 24 horas en 24 horas. Verás que te irá mejor. Quién mucho aprieta poco abarca. Nuestro refranero del sentido común nos ayuda.
Eso sí, con ILUSIÓN. Cada día un nuevo reto de amar….ese es el quid que te hará vibrar y sonreir al nuevo día aunque aparentemente todo caiga alrededor.
Empecemos con renovada ilusión. ¿Te apuntas?