Navidad. Quedan cinco días. Nace Jesús. Para muchos un profeta o un personaje histórico. Para otros, (muchos también), el Hijo de Dios.

No se quién es para ti. Quizá tampoco lo sabes tú. Quizá yo tampoco lo sé.

«Oficialmente» soy cristiana. Pero realmente ¿Quién es este Niño para mí?

No sé si nos estamos quedando solo en el lío del covid, en cuántos podremos reunirnos, en «disgustos» por las sensibilidades de cada uno. Menguaríamos el sentido de la Navidad.

¿Cuántas veces hemos dicho que para ser feliz hay que aceptar la realidad en lugar de «quejarnos o rebelarnos»?

Esta Navidad con lo que cada uno tenga o deje de tener hay que ir a la esencia: que haya lugar en tu corazón para que nazca el Niño Jesús.

Oye, ¡qué para mí no es nadie! No soy cristiano. Para mi son unos días de vacaciones y poco más. Bueno, pues no pasa nada. Simplemente contempla con entusiasmo a esta maravillosa familia. Cada personaje te puede aportar algo, a nivel humano. Acércate. No tengas miedo.

La Virgen: madraza. Cariñosa, paciente, generosa. Trasmite paz y alegría en la situación adversa que ha tenido en el nacimiento de su Hijo. Fácil no fue. Quiero ser un pastor que le trae algo de comer para ayudarla.

San José: padrazo y pedazo marido. Busca lo mejor para su mujer…y solo encuentra un establo. No se queja o se rebota. Lo acepta con una sonrisa. Piensa en la felicidad de Ella. Crear buen ambiente. Quiero ayudarle a recoger leña para hacer un fuego, y que el niño no tenga frío.

El Niño: pequeño. Accesible. Nace pobre. Sin casi nada…lo más importante lo tiene: el amor de sus padres entre ellos. El amor de sus padres a El.

¿No te conmueven?

El entusiasmo lo provoca la admiración apasionada por alguien. Así quiero estar está Navidad: ¡ENTUSIASMADA!

Y el entusiasmo está para compartirlo…no para «ensimismarse».

Acércate, creas o no, como un pastor, aunque solo sea por curiosidad y déjate ENTUSIASMAR. Igual te sorprendes….