
Considero que es preciso ayudar a entender qué es verdaderamente amar a una persona, para evitar que se confunda con el solo sentimiento de la satisfacción que se experimenta con su presencia y trato.
Amar es, sobre todo, desear y procurar el bien, la felicidad de la otra persona, con lo que esto pueda comportar también de sacrificio personal.
Quién no ama, permanece en la muerte.
Si me levanto y cada día lo veo como en la famosa película del día de la marmota, algo va mal: he caído en la rutina.
Tampoco quiere decir que cada día tenga que estar lleno de imprevistos y novedades. No. No va por ahí. Va de ser capaces de dar a lo de «cada día» una tonalidad de amor diferente.
El beso de la mañana dado con cariño, el café con la ilusión de un nuevo día, esa reunión aburrida con una sonrisa, la visita al supermercado con ganas de alguna novedad para los míos…..y cada uno con imaginación que rompa el saque a la rutina.
La rutina rompe el amor. No por aburrido, sino porque no hay la creatividad de pensar en el otro, sino la pasividad de «hacer lo de siempre y como siempre» sin poner mi corazón para arrancar una sonrisa al otro.
Huir de la rutina no es difícil, pero hay que dedicarle tiempo. Mirar con «gafas» nuevas y poner color y música cada día.
En estos momentos difíciles donde TODOS tenemos nuestros sufrimientos….no podemos dejarnos llevar por la falta de paz, gritando a los demás, siendo antipáticos, molestos con la vida y con nosotros mismos. Es el momento de «crear» espacios de paz y de alegría por AMOR. Sólo así saldremos.
¿Te quedas encerrado en tu rutina, o te levantas y dibujas un nuevo día con los colores que tú quieras?
No le eches la culpa al boogie (decía una canción)…la actitud, aunque cueste, depende de tí…
Romper la rutina es todo un reto diario pero es verdad que si no lo hacemos se apaga el amor.
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