
Es fundamental recordar todo lo bueno que hemos recibido: si no hacemos memoria nos convertimos en extraños a nosotros mismos, en “transeúntes” de la existencia. Ser agradecidos y no olvidar a las personas de nuestra vida que nos impulsaron, que nos ayudaron a ser quien hoy somos, a quién siempre ha estado incondicional a nuestro lado.
Ser agradecido significa que acepto que necesito ayuda, que solo no puedo, que me doy cuenta de mi finitud y de mi falta de absolutismo.
Andar en verdad es maravilloso porque vives una vida real. Necesito a los demás. Me dejó ayudar.
Dios existe pero no eres tú ni yo….nos caemos, tropezamos, nos equivocamos, por eso no nos quedamos en el suelo, nos levantamos y la mayoría de veces necesitamos una mano que nos ayude porque solos no podemos. Necesitamos una sonrisa que nos dé esperanza, necesitamos una palabra de aliento para dar un brinco del suelo. No hay fracasos, hay experiencias para crecer y seguir adelante.
Ayuda de tu familia, de amigos, de alguien especial y para muchos o algunos de Dios, que se muestra a través de ellos para estar a tu lado y no dejarte. No lo olvides. Es parte de tu verdad que sí la obvias…andarás equivocado.
Si reconoces y aceptas tu realidad como ser humano limitado y con un libro de instrucciones a seguir….te aseguro que serás feliz porque no buscaras quimeras, andarás en «tu verdad» y la verdad nos hace libres.