
Por esto, toda persona está llamada a descubrir lo que realmente importa, lo que realmente necesita, lo que le hace vivir bien y, al mismo tiempo, lo que es secundario y de que cosas se puede prescindir.
Puedes ahogarte o nadar; hundirte o salir; caminar o quedarte sentado. Depende te ti y tu «coraggio» como hablamos ayer.
La felicidad no depende de lo que hay alrededor sino de cómo yo enfoco lo que hay alrededor. Toca confinamiento…pues a ser feliz en estas circunstancias. Ver qué puedo dar, reinventar, aprovechar, ayudar. No quedarme en mi «yo»: que rabia, porque pasa esto, que incomodidad, justo ahora, etc ..
Para qué? Esta es la pregunta. Cómo puedo sacar la mejor versión de mi. Algo habré de pulir en la convivencia. Mejorar mi profesionalidad aunque nadie me vea, tener un buen horario, arreglo personal. Sentido del humor para hacer más llevadero el encierro del otro.
Creatividad al poder. La felicidad depende de ti y de tu actitud. Depende de ti y de tu enfoque de la vida. Depende de ti y de lo que tú quieras alcanzar. Miras cortas, miras altas.
El reto está en cómo miras. La felicidad VERDADERA está hoy y ahora más que nunca, al alcance de tu mano.
Como dice Marian Rojas «vivir el presente de forma equilibrada». Eso es ser feliz. Hoy tienes una oportunidad para conseguirlo.
Valorar lo que no tenemos. Quizá está «desgracia» nos lleve a recolocarnos. Lo importante son las personas.
Se nos había olvidado vivir. Amar es arriesgarse a sufrir y estamos aquí para amar. Así que sufrir es amar. Amar es sufrir. Esto es muy profundo. Quizá ahora tengamos tiempo para pensar y volver a nuestro origen, volver a lo esencial de nuestra vida.