La dictadura más consolidada es aquella que consigue que el esclavo sienta placer en ser esclavo. Eso sí es una tremenda capacidad de control. El consumismo lo consigue.
Cuando se vive para las cosas, las cosas nunca son suficientes, la avaricia crece y los otros se convierten en obstáculos en la carrera y así se termina por sentirse amenazados y, siempre insatisfechos y enojados, se eleva el nivel de odio. Yo quiero más, quiero más, quiero más.
Se han cambiado las tornas, el mal es el bien, y el bien es el mal. Qué peligroso!. Y se nos coló por el relativismo y no somos ni conscientes. Este es el problema.
Cuando hablamos de ser «como niños» …no seamos como niños mimados que no saben alegrarse cuando sus padres les regalan algo o se quejan de no tener suficiente. Son pequeños pero con amargura de ancianos cascarrabias. Qué patético! Y así funciona media humanidad. Y ni lo vemos. Este es el drama.
Somos esclavos y «tan contentos». Esto si da miedo.
Dónde estoy? De verdad. De qué soy esclavo sin darme cuenta? De mi tiempo, de mis cosas, de mi cuerpo, de mi trabajo, de mi vida social, del deporte? De que no puedo prescindir? Seguro que si REALMENTE somos sinceros vemos que somos más esclavos que libres.
Sólo se es libre haciendo el bien….aunque cueste porque AMAR AL OTRO, MIRARLO, COMPRENDERLO, AYUDARLO…ES EL ACTO MAS LIBRE.
Tu vida dónde está apoyada en roca (amor) o en arenas movedizas (esclavitudes)?
Hay que pensar….no leer y ya. Hay que dedicarle algunos minutos a enfrentarnos a nosotros mismos que es lo que más cuesta.