
Hay temas relativamente fáciles, pero la realidad cotidiana está lleno de sutilezas tentadoras que venden el mal como bien, e incluso mejor envuelto que el bien verdadero.
Ahí entramos nosotros. Durante tiempo se ha presentado el bien como rancio o aburrido y es MENTIRA. ¿Por qué me lo tengo que pasar mejor en una fiesta con dos copas de más que en plena conciencia y libertad? Vaya tontería! Y la mayoría cree que sin beber no te diviertes. Beber si, pero con moderación, que es el atractivo de una persona sobria y que sabe autocontrolarse, que el timón de su vida lo lleva él, no el alcohol.
Y existe un bien que deberas buscar especialmente: el de la libertad personal. Sólo si defiendes la libertad individual de los demás con la correspondiente responsabilidad, podrás, con honradez humana, defender, de la misma manera, la tuya.
Sólo son libres los actos que no nos esclavizan. El mal esclaviza. El bien abre horizontes. El mal está atado a la soberbia y al egoísmo, el bien al amor y a la entrega. El mal bajo apariencia de «felicidad» nos lleva a la soledad y al desarraigo; el bien a la paz y la armonía. ¿Cuesta? Si….pero elige el camino angosto que es el que te lleva a la felicidad de verdad, el camino lleno de bambalinas quizá es más atractivo de apariencia, pero al final sólo hay vacío.
Elige en libertad el bien y disfruta de la vida y haz disfrutar a los demás.