ADMIRAR LO CORRIENTE.

Buscar lo que hay de feliz en lo corriente. Lo de cada día. La felicidad no es un abstracto. Es levantarse por la mañana y apreciar un café, un beso de buenos días, una ducha caliente porque la tienes, e ir al trabajo con ilusión, con ganas para hacer lo mejor posible ese día. Día a día.

Apreciar los muchos pocos de cada día. Casi siempre la competitividad y la ansiedad de lo material nos hacen perder la percepción de lo que tenemos al lado, pequeño, sin aparente valor.

Justamente lo contrario. Hay que dar GRAN VALOR a lo corriente, lo sencillo, lo pequeño, lo casi invisible: una sonrisa, un gracias, un guiño, un favor, un ¿te traigo un café?, ¿te ayudo en algo?, una llamada agradable, un mensaje cariñoso, un emoticono divertido, una broma que te arranca una risa, un detalle que no toca, un beso robado, un abrazo al llegar a casa, una cena preparada….podemos cada día hacer una lista de pequeñas cosas, que nos cambien la percepción del día, y nos hagan sonreír por fuera y por dentro y pensar: que feliz me hacen estas pequeñas cosas corrientes del día a día. Qué suerte tengo de lo que tengo, pero sobre todo, que maravilla la gente que me rodea, los que me quieren y a los que quiero. Lo difícil, la de mal carácter y el cenizo, también existen y forman parte de nuestro día, pero no son nuestro todo, son la oportunidad para lucirnos: sonreirles para endulzarles el día, traerles un vaso de agua aunque no te lo pidan, no oír las impertinencias, oir llover como si nada. No te dejes amargar la vida.

Disfruta de tus muchos pocos de cada día. ADMIRAR LO CORRIENTE de la vida te dará un toque de Felicidad real, concreta. Cada día una oportunidad de FELICIDAD, en lo pequeño. Búscalas que existen.