TU GRANDEZA ESTÁ EN LO QUE DAS.

Una amiga me envió esta foto, con una gran verdad.

A veces somos incapaces de ninguna clase de pensamiento, no podemos soportar una reflexión en silencio de una hora. Nos gusta vivir en un remolino o excitacion que distraiga nuestra mente.
No somos capaces de pensar en nosotros mismos para ver que debemos cambiar, modificar, o pulir.

Lo que creemos que somos o lo que decimos que somos. no nos da nuestra grandeza, nos lo dan nuestros actos de amor, lo que damos.
Ahí está el termómetro de la GRANDEZA, en la capacidad de AMAR. En cómo amamos a los demás.

Si no somos capaces de parar y rectificar el rumbo tenemos el peligro de no llegar a la verdadera GRANDEZA que deberíamos dar, a la verdadera GRANDEZA que debemos ser. Y los demás de nuestro alrededor se perderán también esa oportunidad de recibir nuestro amor.

El mal se dignifica con nombres elegantes: a la avaricia del dinero se le llama cuidado de la familia; al orgullo, independencia; a la ambición, grandeza de espiritu; al resentimiento, amor propio….y podríamos seguir. ¿Por qué? Queremos tener razón y justificar lo que hacemos. Nos cuesta reconocer que nos equivocamos, que no todo cabe. Y el mal no da la verdadera GRANDEZA, aunque lo pueda aparentar.

Grande no es el que triunfa humanamente hablando. Grande es el que desarrolla sus talentos y los pone al servicio de los demás.

1. ¿Cuáles son mis talentos o potencialidades recibidas de la nada? Las que tengo per se.
2. ¿Qué hago para darles toda la potencia posible?.
3. ¿Las utilizo para mi provecho o las pongo al servicio de los otros: familia, profesión, amigos?.
¿Qué tal dar una vuelta esta semana y SACAR LA MEJOR VERSIÓN DE NOSOTROS MISMOS?
Nos sorprenderá ver lo que todavía no sabemos, ni tú ni yo, y que todavía nos queda por dar y llegar al final, a nuestra GRANDEZA.