
Vamos a intentar darle un vuelco y ponerla en práctica.
Primero hay que elegir un buen fin o un fin bueno porque sino la frase deja de tener sentido. Si el fin es algo que nos perjudica a nosotros o a los demás ya da igual lo que hagas. Es malo si o si.
Lo que haces para conseguir un fin bueno, algo que te hace mejor a ti o a los demás, hay que hacerlo con medios coherentes. P.e para conseguir un trasplante (fin bueno) no puedo matar.
Este ejemplo quizá todos lo veamos claro, el problema se plantea:
1. ¿Qué es un fin bueno? ¿Qué es lo que me perjudica o hace mejor?
2. ¿Por qué los medios tienen que ser «buenos» necesariamente? ¿Lo importante no es el fin?
Respuestas o ideas para pensar tu propia respuesta:
1. Es bueno lo que nos aporta valores, nos enriquece y nos hace pensar en los demás.
2. No es sólo importante el fin; los medios son igual de importantes: no puedes mentir, humillar, descalificar, robar…..esto te hace menguar como persona.
Las chapuzas y los escaqueos son medios cutres para conseguir de manera poco ética cualquier tipo de fines.
Que atractivas son las personas de una cara, trasparentes, que actúan con honradez y que son rectos en el uso de los medios para llegar a una buena meta.
Pensemos que hacemos nosotros: si hacemos las cosas con rectitud noble en todo, o «trapichamos» con aparente «buena intención». Hay que tener delicadeza de alma para darse cuenta.