Amar a los demás engrandece el corazón. Amarme a mí mismo lo encoge y empequeñece.
“Dar significa levantarse del sillón, de las comodidades que te hacen centrarte sólo en ti mismo y comenzar a caminar”, ha explicado el Papa, que ha pedido a los jóvenes, que “no dejen la vida en la mesita de noche”, que “no se conformen con mirarla en la televisión, y no crean que será la próxima aplicación para descargar la que les hará feliz”. Pero salir al camino a veces puede llevar al desaliento porque cuesta.

Por eso la falta de esperanza es un enemigo que se cuela con sugerencias sin aparente importancia que al final te llevan al desánimo de compararte y tener envidia o celos; o de soñar en un «mundo ideal».

La felicidad no es un molde igual para todos porque depende de conocerme y aceptarme a mí primero y lo de mi alrededor, y eso es personal.

La felicidad que se vende hoy de beber, salir y…..; no se a quién hace feliz porque deja un vacío tan grande, que da lástima.

La comodidad de la vida no da la felicidad nunca…..aunque haya interés en engañarnos de que así es.

Ni la comodidad física ni la de de ir a mi bola ni la de «no quiero problemas»….AMAR, QUERER significa: dejo mi comodidad por el bien del otro. Libre y alegre.

He empezado con una cita del Papa Francisco porque sabe mucho sobre la persona y nos puede ayudar.