Todo en la vida no es calculable, perfecto y armonioso. Para ayudarnos a crecer en madurez y serenidad están las «benditas contrariedades».
Así conocemos que la felicidad no está en la «perfección» que pensamos o queremos, sino en la capacidad de vivir la realidad con alegría.
Por eso las «benditas contrariedades» nos ponen en la realidad para que comprendamos que ahí también está nuestra felicidad, en la vida tal y como es, no en como nos gustaría que fuese.
Se me rompe la lavadora, me quedo sin gasolina, no aguanto el carácter de este hermano, me cuesta levantarme por la mañana, me duele mucho la cabeza, el tráfico está horroroso, el médico tarda mucho ( y así una lista interminable): suerte que tengo lavadora, coche, un hermano, que me levanto cada mañana….dar la vuelta y encontraremos «algo» bueno y sino una prueba de serenidad, paciencia y aguante. Esto curte y nos hace mejores y más comprensivos.
No nos quejemos de las contrariedades ordinarias (las de cada dia) ni de las «pruebas más grandes» : seguro que con el tiempo veremos que han sido lo mejor. Pero se necesita tiempo y vida interior para valorar algo más profundo. Se necesita mucha fortaleza para seguir con una sonrisa cuando lo que ocurre es » difícil de entender» ….quizá es porque no lo tenemos que entender sino vivir tal y como se presenta.
La vida es un reto que se vive cada día, y la felicidad la tendremos si vivimos la vida como es. Vivir en nuestra realidad con aceptación……incluidas las «benditas contrariedades». A por ello!!!!