Las falsas expectativas crean «infelicidad».

Confundir el tener con la felicidad es un gran problema porque nunca tenemos suficiente. Más tengo, más quiero.

Poner lo importante de mi vida en lo que tengo, me arrastra a un desenfrenado consumismo, a compararme con los demás, a exhibirme para que se vea lo que tengo y a querer suplir lo que no soy.

Al aparentar no cambiamos lo esencial porque como dice el refrán español » la mona aunque se vista de seda, mona se queda».

En esa persecución de la falsa felicidad del tener, en la que quedamos atrapados, no somos conscientes de que somos realmente infelices. Creamos un gran vacío interior: muchas veces una doble vida o bien una apariencia de lo que no somos que al final nos confunde y dejamos de saber quien realmente somos.

Si la felicidad pasa por conocerse, aceptarse, valorar lo bueno para potenciarlo y darse a los demás…creo que entramos en un antagonismo que nos puede hacer caer en una esquizofrenia entre tengo/soy/felicidad/bienestar.

Lo que soy es lo esencial de mi. Lo que tengo es accesorio. Puede desaparecer y por ello me crea permanente inseguridad, ya que no es un valor inamovible.

Lucha por valores que perduren. Lucha por valores al servicio de los demás. Lucha por valores que dejen poso. Esos dan seguridad y te anclan en la vida….y no cansan. Perduran en la eternidad……y TE HACEN FELIZ PORQUE LLENAN TU CORAZÓN!