
Lo contrario a «Mujeres al borde de un ataque de nervios» son las personas fuertes y serenas.
Fuerte no es el que no cae, el super héroe o heroína. No. Fuerte es el que se levanta cuando se cae. El que conoce sus debilidades y pide ayuda. Fuerte el que acomete cuando hay injusticias, cuando toca tomar decisiones a veces complicadas, el que actúa en coherencia con sus valores sea su decisión popular o no.
También es fuerte el que aguanta la tempestad con buena cara, el que calla cuando le apetecería gritar, el que deja de hacer algo que molesta al que tiene al lado, únicamente por cariño.
Acometer y aguantar. Dos caras de la misma moneda.
Hoy se nos cae mucho encima: la inestabilidad y la incertidumbre. Fuerte quien lo sabe, lo siente, lo vive en su interior: a veces resistirá, otras caerá. Pero no sé dejará llevar por el desánimo de quedarse en el suelo con pataleta infantil. No. Se levanta. Se sacude el polvo de la caída. Se cura las heridas o pide que se las curen. Y a seguir en la brecha.
Los súper héroes son personajes de cine; los fuertes son personajes normales que viven a tu lado. O tú mismo. O tú misma. Los que llegan a la meta. Los débiles se quedaron ahí en la caída: ni acometen ni aguantan. No llegan a la meta.
Al final de la vida hay que llegar luchando o como decía la película «morir con las botas puestas».
Gran reflexión y … qué peliculon!!!
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