Hoy es un domingo especial. Es el domingo del amor por excelencia. Es importante sentirse querido, saberse querido realmente por alguien. A quien te quiere le escuchas. Te dice las cosas porque le importas. La verdad sólo se dice si es para el bien del otro. Decir algo negativo (aunque sea verdad) si no es para el bien de la otra persona, mejor me callo. Pero si alguien me importa y está yendo por un camino equivocado debo involucrarme y decirle con cariño (la autoridad del amor) que está equivocado, no porque lo diga yo, sino porque no se hace un bien a si mismo y no será feliz.

Escuchar al que nos quiere de verdad, es un gran bien. Interiorizar sus palabras porque me quiere y pierde el tiempo conmigo para ayudarme en el camino. PORQUE ME QUIERE, que palabras tan bonitas y con tanta fuerza. El amor no busca recompensas personales, sólo el bien de la persona amada. Sus palabras, sus gestos me importan. Por lo menos pienso lo que me dice.

No me gusta que me corrijas, no me gusta que me muestres mis debilidades, no me gusta que me saques de mi zona de confort, PERO se que me quieres y por eso me das «un toque». Se que quieres que «resucite» de mi letargo o de mi falsa felicidad que a la larga se convertirá en amargura. Se que me avisas porque tu amor por mí es lo más importante.

Hoy es un domingo muy muy especial para muchos. De la muerte a la vida. Nos lo creemos? Ahora vivimos una experiencia práctica. Son las prácticas del «máster de vida interior» que estamos haciendo. Del «máster de amor a los demás» que estamos viviendo.

Hoy resucita, desempolva tu vida y dale brillo para que los demás vean luz a través tuyo. Hoy de verdad, planta cara y di: «quiero ser mejor y recomenzar». No como un lema bonito, sino como una realidad que cuesta, pero que vale la pena vivir. No tires por la borda está posibilidad que nos ha traído la vida.