
En estos momentos debemos ser capaces de llorar. Llorar para limpiar nuestra mirada y poder ver lo que hasta ayer, no éramos capaces de ver.
Si, ahora podemos ver el dolor en nosotros o en los demás y tener esa cercanía con el amig@ que antes solo era de risas y copas; ahora podemos ver las lágrimas del otro que creía que no lloraba; ahora puedo ver mi finitud y mi debilidad; puedo ver que no soy dueñ@ de la vida ni de la muerte; quizá las lágrimas purifican mi mirada y soy capaz de alzar los ojos al cielo, hacía tiempo que miraba solo hacia abajo.
Las lágrimas nos hacen ver el dolor como una oportunidad de amar y valorar lo importante. Mi familia. Estemos juntos o separados es lo más importante. Me quieren por lo que soy. Sin más. Y así yo he de querer a cada uno. No soy el centro de la pandemia. Soy el motor. Qué puedo hacer por cada uno? Cómo puedo hacer la vida más agradable al que tengo al lado, si lo tengo? O al que está lejos, pero está solo? Al que sufre más que yo? Seguramente es la mayoría.
La medida del amor es el dolor. Cuando amas, sufres por el otro, porque quieres lo mejor para el otro. Si sufres «por ti» y te victimizas, te amas a ti mism@ y así no serás feliz, sino que tu existencia será más amarga cada dia.
La oportunidad que tenemos de llorar, es una oportunidad de empatizar, de comprender, de pensar. Quizá no voy por el buen camino. Quizá había puesto mi esperanza en cosas que ahora no me sirven, quizá no tenía bien preparado mi corazón para situaciones de renuncia y entrega, quizá mi fortaleza estaba en mi mism@ y ahora veo que no soy nadie.
Entramos en la Semana Santa para muchos vacaciones, playita, viajes…para otros recogimiento ante el hecho más grande de la historia de la humanidad. La muerte y resurrección de Jesucristo.
Prueba de fuego. Estaré amargado por pasar unas vacaciones «confitad@» o lo veré cómo una oportunidad, un reto, un cambio para mí vida? De la manera de vivir esta Semana Santa va a depender mucho el futuro de tu vida, de la mía. De la manera que sepa afrontar esta semana saldré ganando o perdiendo. Es una OPORTUNIDAD única en la vida. No creo que volvamos a vivir una pandemia.
Depende de ti y de nadie más hundirte y refugiarte entre «algodones» (mundo digital y sábanas) o levantarte con ánimo y sacar lo mejor de ti pensando a quién vas a hacer feliz hoy y cómo vas a plantearte el día. Día a día. El día de la marmota pero con amor renovado cada día. Ayer caí? Hoy me levanto. Caer no es de débiles. De débiles es no levantarse.