Capacidad de esperar. Ser personas de esperanza. Píldoras de felicidad. Y esto nos enseña a vivir las pruebas de la vida, no en un pacto con la mundanidad que nos lleva a la destrucción, sino con esperanza, mirando el horizonte.

La esperanza te hace mirar más allá de tu momento, más allá de tus circunstancias, más allá de tu realidad. Te hace mirar en profundidad el objetivo que quieres conseguir en la vida sabiendo que el trayecto puede ser difícil. Pero esperas el final del camino mientras caminas.

Saber esperar….aporta dosis de felicidad porque hace que no caigas en la inmediatez. Igual que esperamos a un hijo 9 meses, esperamos que después de la tormenta venga la calma, que después del amanecer venga el atardecer, después de la noche el día; esperamos que la vida traiga paz y serenidad después las luchas de cada día o después de circunstancias difíciles.

Durante la noche aunque no veamos nada y esté todo oscuro, tenemos la ESPERANZA de que pronto llegará un nuevo día y con él la luz. Así en la vida, la noche no es eterna. Dura lo que dura y después el sol da calor.

Saber esperar…..es un camino para ser feliz porque miras mas allá de lo inmediato o fugaz….y aportas paciencia y serenidad. Caminas pausado, sabiendo que al tomar la esquina está lo mejor.

Saber esperar…. siembra un camino tranquilo, sin prisas ni nervios, donde cabe mejor la familia, los amigos, las sonrisas, el cariño, …LA FELICIDAD.

Saber esperar al otro, que a lo mejor va más lento en el camino, pero paras, le esperas; y después vas a su ritmo aunque parezca que te entorpezca porque más vale llegar acompañado, que antes y solo. ¿No crees?

Saber esperar…..sabia actitud para ser feliz.