La vida del sembrador es sembrar y esperar. A veces sale el fruto, a veces no. A veces lo verá y a veces no.
Voy a proponer algunas semillas que pueden generar «alegría».
Sembrar sonrisas para dar calor a los demás. Se trata de una «revolución de amor» a través de un acto sencillo como SONREÍR.
Si una semilla es la sonrisa otra puede ser los comentarios positivos. Siempre hay algo bueno en las personas y en las situaciones. Aprendamos a verlas y a decirlas. NO AL NEGATIVISMO que intoxica el ambiente y pudre por dentro. Ah…no quiere decir que no veamos la realidad, sino que le intentamos sacar brillo.
Siembra con mirada de cariño hacia los demás. Los ojos hablan y saben ver lo que hay en el corazón. Mira con cariño, con respeto.
Esta siembra sencilla y «ordinaria» te puede llevar por caminos insospechados de felicidad.
Sonreír, mirar con cariño, ser positivos. Todos podemos, cada día, en cualquier lugar. Pero necesitamos ejercicios para conseguir crear un hábito y nos ayudará a nosotros y a los demás.
Siembra sonrisas y recibirás sonrisas.
Siembra optimismo y recibirás optimismo.
Siembra miradas de amor y las recibirás de vuelta.
O a veces no….pero no lo hagas solo por recibir…..porque el tiempo tiene valor infinito y si perseveras….recibirás….como un boomerang….pero no sabes cuándo.