Hemos dicho que la felicidad depende de nuestra actitud y que está en nuestro interior. Correcto. Pero podría parecer que todo depende de nuestra voluntad o de nuestro esfuerzo y, aunque es necesario, no es suficiente. Es clave buscar ayuda para solidificar esa actitud.
1. Mi actitud.
2. Necesito ayuda. Solo no puedo.
No nos gusta pensar que somos personas «dependientes» pero necesitamos a los demás para relacionarnos y poder amar: dar y recibir. Y además somos malos guías de nosotros mismos. Por eso hay que dejarse ayudar en el camino…..por alguien que nos conozca y nos quiera de verdad porque, precisamente, POR QUE NOS QUIERE, nos ayudará a dar lo mejor de nosotros y querrá 100×100 nuestro bien, nuestra felicidad.
No todos los guías son buenos. No puede guiar un ciego a otro ciego. ES IMPRESCINDIBLE que nos quieran bien y que sean capaces de exigirnos.
De «compis» es muy fácil, no hay compromiso. Estar al lado de alguien cuando todo marcha no tiene mérito.
Estar al lado de alguien en los momentos aparentemente grises es QUERER.
Esa luz en el camino siempre será esa mano amiga que me tirará hacia arriba con una sonrisa o llorando conmigo; o simplemente estará a mi lado, caminando.
Quizá una madre, un padre, una hermana o un hermano, un marido, una mujer, un novio o novia, una amiga, un tutor; quizá un sacerdote para alguien o un confidente de confianza.
Déjate ayudar en el camino. Solos no podemos. Te lo digo por la experiencia!!
La carga con alguien, más liviana; la alegría compartida, se multiplica. Siempre vale la pena caminar en compañía.
Pero cuidado con el EGO que es muy traicionero y hace que veas espejismos de la realidad. Te puede hacer pensar….»yo no necesito a nadie….», entonces ya empezaste a caer.