Amarse correctamente a uno mismo es disponerse a luchar y a “sufrir”con el objetivo de crecer como persona, pasando por encima de criterios de comodidad y de pereza. En cambio, el amor a nosotros mismos, que nos destruye, es ese amor que nos lleva a buscar en cada momento lo fácil, lo barato, lo vulgar, en todo lo cual no hay renuncia, sacrificio, esfuerzo.
El primer amor es la sana autoestima de la que tanto se habla y nos lleva a la felicidad; el segundo, destruye y nos lleva al ” happy-fácil”….pan para hoy, hambre para mañana.
¿Te acuerdas del famoso cuento- moraleja de la hormiga y la cizaña?
La hormiga trabajaba con esfuerzo en verano para guardar comida para el invierno; y mientras, la cigarra cantaba y bailaba y se burlaba de la “hormiga tonta e infeliz”, (equivocadamente claro), pero llegó el invierno….y ¿que pasó?….
Se cambiaron las tornas …y se vio la realidad.
Cuidado no nos pase como a la cigarra y que al final de nuestros días (o no tan al final), estemos con las manos vacías y el vientre muy hinchado. Nadie se va a la tumba con un camión de mudanzas , sólo te llevas el amor con el que has vivido. Cuenta tu esfuerzo, tu entrega y tú capacidad de amar….pero, como he dicho al principo, todo empieza por uno mismo, porque nadie da lo que no tiene.
Seguiremos hablando del amor…que nos lleva a la felicidad más profunda y verdadera.