Nunca unas palabras tan bonitas como «paz y amor » fueron utilizadas para mentir y engañar.

La banalización de la sexualidad ha supuesto la mayor epidemia mundial: las rupturas familiares. Multitud de niños y niñas que no han tenido una familia estable y no han podido construir su mundo afectivo. El otro día en la película «Rocket Man» vi totalmente reflejado este tema. Elton no pudo «construirse» un mundo afectivo equilibrado porque era un niño no querido.

Nos hemos acostumbrado, y por ello nos falta sensibilidad, para detectar el gran peligro que nos viene encima, que ya tenemos.

Enrique Rojas señala que su mayor preocupación no son las adicciones, sino la cantidad de jóvenes inmaduros a los que trata porque no poseen el ambiente familiar necesario para desarrollar la óptima madurez.

Estamos ante un nuevo totalitarismo: el sexo.

En los realities shows se sustituye la realidad por la ideología….y luego ya vemos que sucede.

La revolución silenciosa del poder mediático que ridiculiza al que comprende la sexualidad vinculada a valores afectivos y morales.

El sexo parece más un deporte que un lenguaje humano.

La libertad sexual nos ha hecho esclavos de los cuerpos. (Octavio Paz).

La depravación humana casi la vemos como normal, nos hemos insensibilizado al ver lo que vemos. Un día te choca y después….casi que lo aceptas. No podemos acostumbrarnos al mal pero si a comprender a la persona. Siguiendo el ejemplo de la película: comprendo porque llega Elton a todo lo que llega, pero no lo absolutizo como algo bueno y «normal», sino como una carencia afectiva tremenda de altas repercusiones. Siempre se tiene alguna manera y momento en la vida de poder «dar un giro».

El sexo no da la felicidad, sino que es el lenguaje corporal del amor en el ámbito de un matrimonio. La verdad no está de moda pero por ello no deja de ser verdad.

That’s all folks!