Siempre nos parece «mejor» lo de la puerta de al lado. Me gustaría tener la inteligencia de éste, la belleza de aquella, la simpatía de, la suerte de…..y así podríamos escribir un sin fin de situaciones. Y el de la puerta de al lado muere por tener lo nuestro.
Por eso desde el inicio de este blog matizo que para ser felices hemos de pasar por conocernos y aceptarnos como somos, y querernos en nuestras circunstancias variantes en la vida: con salud, sin salud, en compañía, sin compañía, con el trabajo que me gusta, con el que no me gusta, en la ciudad de mis sueños, en un lugar incómodo…..porque «el de puerta de al lado» tiene otras circunstancias.
Otro peligro de vivir de «deseos románticos» es perder nuestros principios por alcanzar eso que pensamos que es mejor, acosta de huir de nuestra realidad y hacer daño a quienes nos rodean.
Aceptar no es resignarse, es cambiar lo cambiable. Luchar por ser mejor, evidentemente. Pero no vivir de sueños, que quizá nunca lleguen, porque volvemos agria nuestra vida real y esa, la real, es la que hay que vivir.
Ojalá tuviese novio, ojalá tuviera otro trabajo, ojalá fuese soltera, ojalá tuviese más salud….nos alejan de la realidad y nos quitan la energía de ser feliz hoy y ahora.
Lucho por ser feliz yo y el de la puerta de al lado, cada uno en su realidad. Así viviremos con mucha serenidad.
A por ello!