Que tu vida deje «luz» en el camino. Ser como una vela es maravilloso: quemarse para dar luz a los demás, pero no fogonazos, luz constante y «pequeña».
Lo que el mundo busca y ostenta —los honores, el poder, las apariencias, la gloria— pasa, sin dejar rastro. Tomar distancia de las apariencias mundanas es indispensable.

Los fuegos artificiales pueden ser mucho más llamativos que una vela, pero caen y desaparecen; y la vela sigue quemándose, dándose entera para dar un poco de luz en esta vida.

Si…pero mejor ser foco entonces. Pues genial! O un conjunto de velas!!! Pues sí! Pero poco a poco. Imaginaros una casa llena de velas…habría luz. Un mundo lleno de velas (cada uno) habría luz para los demás, para los que no han descubierto todavía el camino de la felicidad.

Recuerdo la máxima: » lo esencial es invisible a los ojos», para ello una lucecita nos señala ese camino, sin embargo el fogonazo, nos atrae y nos confunde y ya no buscamos lo invisible.

Esta semana pensemos en cómo ser luz para alguien que está en tinieblas y no sabe como encontrar esa felicidad. En este blog estamos en la búsqueda de la felicidad VERDADERA.

Desde el minuto uno dije, en alto y fuerte, que la clave es ser sincero a tope con uno mismo. Seguimos ahí…

¿Soy luz para mostrar a otros el camino o confundo a los demás a fogonazos?.

¿Mi vida es vela que se quema por los demás o fuegos artificiales de vanagloria?

Como empezábamos: que tu vida brille, cada día, en constancia, en lo oculto. Y así otros podrán descubrir el camino de la FELICIDAD VERDADERA.